Doctor, últimamente se me olvidan las cosas; ¿es preocupante?

08.12.2021


La consulta al neurólogo por olvidos o falta de memoria es de las más habituales. Es un síntoma muy frecuente y que puede tener una trascendencia muy variable, desde ser nada importante hasta tratarse del primer síntoma de una demencia como el Alzheimer.

En un porcentaje alto de casos lo que realmente sucede es que hay un problema de atención. Es decir, el paciente no presta atención suficiente porque a veces tiene muchas preocupaciones en su día a día o pensamientos en la cabeza al mismo tiempo, de tal forma que cuando tiene que memorizar algo ni siquiera retiene la información porque no estaba su atención adecuadamente focalizada en ello, siendo lo característico los problemas de concentración. Esto es habitual en personas con ansiedad o síntomas depresivos que consultan preocupados por si puede ser el inicio de una demencia. La clave aquí es que realmente la memoria funciona correctamente y el problema es puramente atencional. La evaluación cognitiva detallada por parte del especialista será fundamental, de tal forma que incluso si está claro que se trata de un trastorno atencional, puede no ser necesario realizar ningún estudio o prueba más.


En otros casos puede haber realmente una alteración de la función mnésica, es decir, de la capacidad de memorizar. El origen puede ser muy diverso y si se trata de un síntomas progresivo en el tiempo que cada vez condiciona más al paciente incluso hasta condicionar sus actividades del día a día, será necesario descartar una demencia. La demencia es un trastorno que cursa con pérdida progresiva de las facultades mentales, ya se la memoria, pero también otras como la conducta, el razonamiento, el lenguaje, la función visuoespacial o las funciones ejecutivas. Dependiendo del tipo de demencia puede ser más característico una afectación u otra. Hay diferentes tipos:

  • Enfermedad de Alzheimer. Es la más frecuente. Lo característico al inicio es la pérdida de memoria reciente, es decir, el paciente olvida hechos o conversaciones recientes así como recados, citas, etc.
  • Demencia frontotemporal, que dependiendo del tipo puede cursar al inicio con afectación del lenguaje o de la conducta.
  • Demencia con cuerpos de Lewy, que cursan con parkinsonismo (temblor, rigidez y lentitud de movimientos) y alucinaciones visuales, a veces con delirios tempranos.
  • Demencia vascular, que se observa en pacientes con ictus o con factores de riesgo cardiovascular y daño vascular cerebral. Muchas veces afecta a funciones como planificar tareas o resolver problemas, con enlentecimiento cognitivo.
  • Otras demencias. Puede haber causas de demencia que no sean por una enfermedad neurodegenerativa y algunas de ellas lo importante es que son potencialmente tratables, como por déficit de vitaminas (fundamentalmente del grupo B), infección, una lesión tumoral, hidrocefalia (dilatación de unas cavidades del cerebro llamadas ventrículos), u otras.


Le evaluación por parte del médico implicará una exploración física general y neurológica y una evaluación cognitiva, que puede ser desde aplicando un test sencillo que puede suponer unos 5 a 10 minutos (MMSE, MOCA) a una evaluación más compleja realizada por un neuropsicólogo. Lo segundo será necesario especialmente en pacientes jóvenes con alta reserva cognitiva, es decir, alto nivel cultural, dado que el test sencillo no será sensible para detectar fallos leves. En función de los hallazgos, puede ser necesario realizar un análisis de sangre con niveles de vitaminas, hormonas tiroideas y serologías, un TC o RM cerebral, u otras pruebas según el caso (como realización de punción lumbar para análisis del líquido cefalorraquídeo, análisis específicos de marcadores, etc.).

En función de los hallazgos y el diagnóstico se planteará un tratamiento. El diagnóstico de demencia, si la hay, será en base a todas las evaluaciones y aplicando unos criterios definidos. En algunas demencias degenerativas como el Alzheimer hay algunos fármacos que pueden ayudar a mejorar lo síntomas. El realizar ejercicio físico, mantener una vida social e intelectual activa, así como una dieta equilibrada y un adecuado control de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, diabetes, colesterol, tabaquismo, etilismo) son conductas beneficiosas para prevenir el desarrollo de demencia. El manejo compete al neurólogo y las terapias complementarias como la estimulación cognitiva o la terapia ocupacional son muy importantes.


RESPUESTA: Tener olvidos o pérdida de memoria es un síntoma muy frecuente y que puede tener una trascendencia muy variable, desde ser nada importante hasta tratarse del primer síntoma de una demencia como el Alzheimer. Siempre es necesario acudir al médico de familia que decidirá la pertinencia de una evaluación por el neurólogo. Lo fundamental será realizar una exploración física y neurológica y por supuesto una evaluación cognitiva. Según lo detectado en este primer examen, otras pruebas pueden ser necesarias como un análisis de sangre, un TC o RM cerebral u otros estudios complementarios según el caso. El diagnóstico de demencia, si la hay, será en base a todas las evaluaciones y aplicando unos criterios definidos. Algunos tratamientos se utilizan en la demencia Alzheimer u otras demencias para mejorar la memoria y otros síntomas cognitivos. Otras terapias como la estimulación cognitiva o la terapia ocupacional son muy importantes. El realizar ejercicio físico, mantener una vida social e intelectual activa, así como una dieta equilibrada y un adecuado control de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, diabetes, colesterol, tabaquismo, etilismo) son conductas beneficiosas para prevenir el desarrollo de demencia. Sin embargo, es importante también alertar que en la práctica clínica, en un porcentaje alto de casos lo que realmente sucede es que hay un problema de atención y no de memoria y no hay demencia sino ansiedad o depresión. El neurólogo será quien informe de todo ello.


Diego Santos García

Neurólogo en el CHUAC y Hospital San Rafael, A Coruña